Juro por Dioniso y Apolo -sin olvidar a Atenea-, por Borges, Gloria Fuertes y Shakespeare, juro por todos los dioses y todas las diosas, tomándolos como testigos, -y a pesar de mi juventud en la que solo sé que no sé nada- cumplir fielmente según mi leal saber y entender, este juramento y compromiso:
- Prometo solemnemente consagrar mi vida al servicio de la humanidad; ejercer mi profesión dignamente y a conciencia
- Estudiar a todos los grandes y sus grandes teorías para luego hacer con ellas lo que me de la real y mesiánica gana
- No mirar solo mi ombligo, pues los de los demás también están llenos de líneas que leer, de las que aprender tanto o más
- Aceptar el error. Asumir la inseguridad. Corregir
- Ser tan libre como constante -incluso respetuosa- con el trabajo: tanto con el de los demás como con el mío propio
- Bendecir a la pereza por encima de todas las cosas, pues en ella se encuentra la verdad, el esfuerzo y el miedo
- Todo lo que vea y oiga en el ejercicio de mi profesión, y todo lo que supiere acerca de la vida de alguien, si es cosa que no debe ser divulgada, lo callaré y lo guardaré con secreto inviolable escondiéndolo bajo otros nombres y/o circunstancias
- Hacer reír, hacer llorar, hacer sentir, hacer hablar
- Esforzarme por estar en los zapatos de otros, por muy alejados de mis opiniones que estén, pues solo así un personaje será rico y justo, pues solo así se creará el debate, pues solo así podremos avanzar, pues solo eso significa el teatro
- Puntuar exhaustivamente y sin excepción los finales de frase, para evitar así los ataques de histeria de allegados queridos
Juro equivocarme y cambiar –tanto de formas como de opiniones- , renegar de lo dicho y grabar a fuego la nueva visión para posteriormente variarla de nuevo, y así sucesivamente hasta mi muerte, enseñándoselo a mis hijos y a los hijos de mis hijos
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